martes, 26 de enero de 2010

IGUALITA, EN BUSCAS DE LA CULTURA

IGUALITA EN LA CULTURA

Igualita cuenta con 1,860 habitantes aproximadamente, se ubica a 17º 27’ 32” de latitud Norte, 98º 31’ 08” de longitud respecto al meridiano de Greenwich y una altitud de 1,115 metros sobre el nivel del mar, se encuentra a l9 Km de distancia de la Cd. de Tlapa de Comonfort en la región de la montaña. Tiene un clima semicálido con lluvias en verano, caluroso en primavera y frío por las noches en invierno, la temperatura fluctúa entre 18 y 26º C, su territorio es surcado por el río Igualita, que riega sus tierras en un 10 %, virtud a la cual, se tienen huertas de mangos, aguacate, plátano y cítricos, se cultiva el arroz, frijol, sandía, melón, jícama, jitomate y chile; el 90% lo constituyen terrenos cerriles y lomeríos donde se cultiva maíz, frijol y calabaza en el periodo de lluvias.

Las características fisiográficas del lugar influyen en el desarrollo económico de la población y propician que su gente sea trabajadora, atenta y hospitalaria, la mayoría de los pobladores se dedican a las labores del campo; esta actividad reafirma su carácter pacífico y respetuoso con los pueblos circunvecinos.

La diversidad de su procedencia e idiosincrasia de su gente, impiden definir la fisonomía del origen de la población, ya que cada familia o grupo social trajo su propio estilo de vida y con estos rasgos policulturales constituyeron una comunidad de migrantes.

La cercanía a la ciudad de Tlapa de Comonfort es un factor que pudo ser aprovechado por sus habitantes para acceder a la educación escolarizada, pero la mayoría de las familias dieron preferencia a los trabajos del campo y esto los mantuvo un tanto marginados por mucho tiempo.

En los años 30’s del siglo XX, las pocas personas que sabían leer y escribir se debió a la iniciativa de Don Raymundo Garzón, quien por la década de los 20’s enseñó el alfabeto a varios niñas: Fermina García, Mónica Mares, entre otras. Igual interés demostró la maestra Conchita Rojas que dio clases particulares a Justa Andrade, Epifania Ramírez, Margarita Torres etc. (todas las personas citadas son finadas).

En la década de los 40’s llegaron maestros federales. Destaca la figura del maestro Antonio Sánchez que constituyó una generación de alfabetos; entre ellos Alfonso Ramírez Torres, Gabriel Andrade Castillo, Simitrio y Antonio Morán. Personas distinguidas que llegaron a ser comisarios y principales (1) de la comunidad. El Sr. Gabriel Andrade se desempeñó como secretario de la comisaría por muchos años.

Posteriormente se constituyó otra generación más numerosa, donde surgen Manuel y Fidel Ramírez, Francisco León, Ranulfo y Dionisio Sevilla, Fernando Maldonado, Raúl y Sebastián Herrera que tuvieron como maestro a Macario Pantaleón; de entre ellos destaca Fidel Ramírez, un personaje muy inteligente, músico lírico y luego perfeccionado en el sistema del solfeo. Le sigue Sebastián Herrera, hábil en el manejo de la guitarra y una voz privilegiada, sirvió como rezandero y cantor en la iglesia del pueblo.

El episodio cultural es trascendental, excelentes maestros atienden a los niños mañana y tarde, y organizan a las personas adultas para enseñarles a leer y escribir en la noche; pero retiene este desarrollo el maestro Adulfo Cerón Navarrete, visiblemente entregado al vicio del alcohol, que desatiende a los alumnos. El pueblo lo acusa con su superior y en represalia promueve la clausura de la escuela.

La escuela permaneció cerrada por muchos años, hasta que los pobladores solicitaron el servicio educativo del sistema estatal y el Profr. Ramón Bolaños Ávila, supervisor de la zona envia a Manuel Espínola Garnelo, pero es rechazado por su débil complexión, lo sustituye su hermana Guadalupe de los mismos apellidos, quien forma una nueva generación, entre ellos Onésima y Reyna Morán, María Alcaide, Ramiro Maldonado, Leonardo Avilés, entre otros.




Destaca la presencia del maestro alfabetizador Gildardo Garnelo Mosso, quien organizó un poderoso equipo deportivo de voli bol, integrado por Fernando Maldonado Cardona, Raúl Herrera Mares, Teodoro y Claudio Martínez, Dionisio Sevilla y Elías Medellín, que se imponen en varios torneos regionales y consiguen numerosos trofeos para Igualita.

Es meritorio citar el desempeño de las misiones culturales asignadas por temporadas a la comunidad, que adiestraron a los jóvenes en el dominio de algunas tareas ocupacionales como corte y confección, tejido, repostería, enfermería, carpintería y música.

En 1961 Eliseo Morán Prudente sale a estudiar su primaria en la Ciudad de México y logra hacer la carrera de médico. En 1962 tres jóvenes de recursos muy limitados: Eduardo León García, Anastasio García Torres y Sixto Valencia Medellín se trasladan a la Cd. de Tlapa de Comonfort para terminar su primaria, este hecho aviva el interés de algunos padres de familia y varias generaciones de jóvenes salen posteriormente a estudiar la secundaria, el bachillerato y carreras del nivel superior.

El sentimiento cultural despierta la conciencia de la comunidad y los padres de familia se constituyen en críticos de la educación, observan el desempeño docente del sistema estatal con muchas limitaciones y deficiencias, esto los induce a pedirle al supervisor el retiro de sus maestros; de este modo la escuela deja de ser del estado y es cubierta emergentemente por el sistema indígena. Este sistema no los convece y más tarde vuelven a solicitar los servicios del sistema federal. En las diferentes incursiones administrativas que ha tenido la escuela primaria, siempre se ha sustentado con el nombre de “Cuauhtémoc”.

El sistema indígena trajo como beneficio la creación del albergue escolar “Maurilio Muñoz Basilio”, que reclutó a niños indígenas de las poblaciones cercanas para darles hospedaje y alimentación gratuita de lunes a viernes.

El Jardín de niños “Duzu-Nabali”, fue inaugurado en 1990. Posteriormente la Secundaria Técnica “Leyes de Reforma” y recientemente en el 2007 el Colegio de Bachilleres

En la actualidad las condiciones socio culturales han cambiado. De un pueblo de migrantes analfabetas, ahora cuenta con varias generaciones de profesionistas, entre los que figuran maestros, licenciados, ingenieros y doctores, algunos salieron del entorno en buscas de mejores condiciones de vida, pero son producto del desarrollo educativo de la comunidad, aunque para esto tuvieron que transcurrir más de cien años.

Bajo estas condiciones, la gente que depende del trabajo del campo le da poca importancia a la política y no tiene ningún interés en ocupar cargos públicos. Los comisarios municipales son nombrados en asamblea abierta, mediante voto directo y quien resulta designado cubre el puesto por compromiso, casi obligado. Durante las elecciones municipales, estatales y federales, participan en las votaciones únicamente para cumplir con un deber ciudadano y hasta el 2004 la mayoría siempre lo hicieron por el PRI.

En el trienio 2005-2008 el Presidente Municipal de extracción perredista y los pueblos juridiccionados al Municipio de Xalpatláhuac intentaron convertir a Igualita en cabecera municipal, de hecho funcionó como tal; pero la Legislatura LVIII del Congreso del Estado dictaminó su improcedencia, quizá por la presión que ejerció un grupo de priistas que se opuso rotundamente.

En iguales circunstancias se mantiene el actual edil; pero estos funcionarios no son oriundos de Igualita y adoptan esta postura por convenir a los intereses de su partido. Sin embargo, el proyecto de cabecera municipal trajo beneficios a la comunidad: La introducción del drenaje, la construcción del estadio municipal, la pavimentación de la carretera, la instalación del Centro Comercial Comunitario y la generación de fuentes de trabajo diferentes al campo, son obras producto del movimiento político perredista.

La gente de Igualita es religiosamente temerosa de dios. Este atributo y su ubicación geográfica le permitieron constituirse en el centro comercial y místico de los pueblos cercanos, condición que propició el establecimiento de una vicaría en la década de los 20’s del siglo XX, que atendió a las localidades de la periferia.

La vicaría se suspendió por exigencias del tributo a las autoridades eclesiásticas y el pueblo pasó a la parroquia de Xalpatláhuac. Este hecho motivó a que la comunidad se organizara y procediera a nombrar su “Junta Católica”, un órgano que atiende los asuntos de la iglesia, que preserva y difunde las celebraciones religiosas en el interior y fuera de la localidad. Recientemente Igualita fue erigida cabecera parroquial y tiene asignado un sacerdote.

Los asuntos de la comisaría, son mezclados con los trabajos de la iglesia, a la que todo individuo radicado en la población, tiene la obligación de prestar su servicio gratuito de acuerdo con la Ley de Usos y Costumbres (**) vigente en la comunidad.

Para la comisaría los cargos son: Comisario propietario y suplente, Primero y segundo Comandante, Comisión (policía), Regidor y Topil.

Los puestos de la Iglesia son: Presidente, Secretario, Tesorero y dos Vocales, Fiscal primero y segundo, Mayores primero y segundo, y topil de la junta católica; mayordomos de cofradía de diferentes santos y comité de hermandad (generalmente asignada a las mujeres).

Además del servicio obligatorio, se establece que cada jefe de familia, debe participar con una aportación económica para la construcción de obras y su tequio o trabajo gratuito, que es en forma rotativa hasta concluir los trabajos.

Siendo Comisario Municipal en 1947 el Sr. Francisco Sevilla Godínez se iniciaron los trabajos para constituir la primera banda de música (2), pero quedó integrada en 1948 durante la gestión del señor Cornelio León Espíritu en la forma siguiente: Soprano, Fidel Ramírez Torres. Pistón, Juan Altamar López Nieto. Clarinete, Francisco León Estrada. Trombón, Claudio Martínez y Margarito Herrera. Bombardino, Francisco Espinoza y Anatolio Gálvez. Zarsor, Dionisio Sevilla. Bajo, Alberto Espíritu. Tambora, Benigno Gálvez y Redoblante, Rutilio Gálvez Nájera; los integrantes quedaban exentos de toda cooperación, tequio y cargos en la comisaría y la iglesia; si eran menores de edad, la dispensa era para el padre del menor.

En 1961 se renovó la banda con más y mejores instrumentos, donde participaron jóvenes entre 15 y 20 años, se citan a Crispimiano (Altamar) López Sevilla con el Soprano; Saxofón, Ramiro Maldonado Cardona. Clarinete, Eulalio Chávez, Trompeta, Epifanio (Machi) Méndez. Trombón, Leonardo Avilés Mares. Bombardino,Palemón Alcaide y Zarzor, Gerardo Garzón. Con esta renovación de músicos, la Banda Musical de Igualita llegó a considerarse como una de las mejores de la región. Posteriormente se trató de organizar una nueva banda, pero hubo mucha resistencia y no fue posible integrarla.

(**) La “Ley de Usos y Costumbres”, es una forma tradicional de gobernar (no existe ningún documento escrito), que es interpretada y ejecutada por el comisario municipal en turno y sólo algunas veces es consultada con los “principales”(1) del pueblo; aunque ha dado buenos resultados tiene sus inconvenientes, porque obedece a criterios particulares en su aplicación y algunas veces resulta inequitativa, lo que tiende a lesionar los derechos del ciudadano común.

(1) “Principales” personas ancianas de la población que ya fueron una o mas veces comisario municipal.

(2) "Banda de Música" grupo de personas que tocan algún instrumento musical, el cual le fue asignado de conformidad con el número de lecciones de solfeo que logró dominar. No es los mismo banda de música con "chile frito", este último es un grupo lírico sin formación musical.





viernes, 15 de enero de 2010

IGUALITA, GUERRERO, MEXICO



El códice Azoyú I, hacia el año 1468 D. C. describe la existencia de un asentamiento humano denominado Yoallan, que significa lugar de la noche, cuyas ruinas arqueológicas se localizan al suroeste del actual pueblo de Igualita, sobre la loma de Alpoyeca, denominada así por lo lugareños, porque las tierras pertenecen al poblado de Alpoyecancingo.

Este asentamiento desapareció con la conquista del pueblo Mexica, y como era de esperarse, los españoles se apoderaron de las tierras próximas a la rivera de los ríos; en tanto que los nativos por temor a ser sometidos, huyeron de las zonas privilegiadas a lo alto de las montañas, donde se les localiza actualmente.

De esta civilización se obtiene únicamente la etimología del lugar: Yoguala, Yogualita y recientemente Igualita. La población está identificada como pueblo mestizo conformado por familias con antecedentes nómadas de ascendencia indígena y/o dedicadas al pastoreo del ganado provenientes del estado de Oaxaca y otros lugares de nuestra entidad.

Los últimos indicios del mestizaje se aproximan a la época Porfirista, donde tuvieron su apogeo las haciendas. Así quedó interpretado, con la presencia de la señora Catalina, quien adquiere del gobierno la concesión del latifundio Yogualita, que comprende tierras aptas para el cultivo de riego y un extenso terreno cerril de temporal, cuyos límites se extendían al Norte con los terrenos de Zalatzala, hoy Tlayahualco, al Sur con Xochapa y Petlacalancingo, al Este con San José Lagunas y Ahuejutla y al Oeste con Tototepec y Cahuatache. Hay quienes aseguran que los límites de Igualita llegaban hasta el cerro del machete en las cercanías de Zacatipa.

Doña Catalina requiere de gente para el trabajo de sus tierras, donde cultiva la caña de azúcar e instala un trapiche para la producción de panela y melado.

Con este motivo concentra peones de las poblaciones cercanas; algunos vienen a trabajar eventualmente durante el período de la zafra y regresan a sus pueblos de origen al terminarse el trabajo; otros llegan acompañados de sus familias y piden permiso a la patrona para construir sus chozas y cultivar la tierra en terrenos próximos a las Hacienda. La señora Catalina para asegurarse la prestación del trabajo accede a la petición de sus peones.

Se cree que el primer asentamiento humano en la periferia de la hacienda, fue realizado por las familias de ascendencia indigena de José María León oriundo de Tototepec, y Cristóbal “Tío Toba” con sus hijos Salomón y Emilio Basurto originarios de Coicoyán, Oax.

Por otra parte, los terrenos cerriles del lado oriente, ricos en pastizales, hierba y arbustos que constituyen el alimento del ganado bovino y caprino, fueron vistos por los pastores nómadas provenientes del estado de Oaxaca, quienes solicitan a la dueña les permitiera pastar sus animales en los cerros cercanos y guarecerse en el pequeño valle cubierto de huizaches (donde hoy es el pueblo de Igualita).

Instalados en los huizachales, encuentran la conveniencia de hacer incursiones a los cerros cercanos para pastorear su ganado; esta comodidad fue el argumento para terminar con su vida nómada y solicitar a la señora Catalina la venta de los predios y la renta prolongada de los pastizales, actitud que es vista con buenos ojos por la hacendada, en consideración a que la hacienda era asaltada constantemente por grupo de foragidos y los pastores constituían un apoyo para su seguridad.

Las familias asentadas en el valle de Yogualita fueron Ignacio, Raymundo y Lola Garzón, Juan León, Jesús Navarrete, Julián y Florentino Díaz de diferente ascendencia, Antonio Espíritu, Abraham y Eliseo Morán, éstos últimos participaron en la revolución de 1910. Se tienen referencias de Filomeno Castro y de los antecesores de Abraham y Ángel Gálvez.

La señora Catalina era una persona religiosa; en honor a su nombre veneraba a Santa Catalina de Alejandría (actual patrona de Igualita). El 25 de diciembre invitaba a sus peones y al nuevo asentamiento humano a celebrar la fiesta religiosa y su cumpleaños. Todo el pueblo se aprestaba a ofrecer sus cantos y oraciones en ese día (El vocablo Catarina, es un término adoptado por la población, pero no es exclusivo de los lugareños, en otras regiones de México utilizan esta expresión).

SANTA CATALINA DE ALEJANDRIA

Santa Catalina, virgen y mártir, nació el 25 de noviembre del año
290 D.C., en el seno de una familia noble en Alejandría, Egipto. Fue dotada de una gran inteligencia y destacó a la altura de los poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Cristo y decidió consagrarse a él en cuerpo y alma.

El emperador
Maximiano acudió a Alejandría para presidir una fiesta pagana. Catalina aprovechó para intentar la conversión del emperador al cristianismo, lo que despertó su enojo. Para ponerla a prueba le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que debía de convertir y Catalina lo logró, esto provocó la ira del emperador e hizo ejecutar a los sabios.

El emperador le propuso que se casara con uno de ellos y como ella se negó, ordenó que la torturaran utilizando ruedas provistas de pinchos, pero las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina. Obstinado,
Maximiano ordenó su ejecución y fue decapitada.

Su tumba se encuentra al pie del
Monte Sinaí, en el monasterio que lleva su nombre. Cuenta la leyenda que los monjes del monasterio descubrieron en una gruta el cuerpo intacto de una joven a la que reconocieron como Catalina de Alejandría.

Los artistas la representan con una aureola tricolor: El blanco que simboliza su virginidad; el verde su sabiduría y el rojo su martirio. La rueda de su suplicio aparece detrás de ella.

Es reconocida como la patrona de los predicadores, oradores, teólogos, filósofos, escolares y estudiantes, hilanderas, molineros, notarios, nodrizas, fontaneros, alfareros, afiladores, sastres, barberos, torneros y de las solteras. El 25 de noviembre se realizan las Catalinadas en diferentes partes del mundo.

La señora Catalina enfermó y tuvo que trasladarse a la Ciudad de México para someterse a tratamientos médicos. Su esposo volvió únicamente para vender la hacienda a Justa Lazo y Enrique López, éste último de origen Español. Los terrenos cerriles fueron comprados por el matrimonio de Domitila Enríquez y Ezequiel Bravo.

El nuevo asentamiento humano radicado en el valle de los huizachales, solicitó la donación de la imagen de Santa Catarina para erigirla su patrona.

A los nuevos dueños no les fue propicio el trabajo de la hacienda y ofrecieron en venta los cañaverales a mil pesos la franja de tierra. Los compradores fueron Francisco Sevilla Godínez proveniente de la región de Chilapa, Carmen Montalvo que procedía de Tototepec, Juan Velázquez de extracción pastoril y Antonio Morán Ávila ya radicado en Igualita. Hubo una franja de tierra que no pudo ser comprada porque no había quien reuniera la cantidad requerida y fue ofertada a los pobladores de Cahuatache; desde luego que no se logró la transación, porque los señores Gelasio Espinoza Ramírez, Bernardo Torres Espinoza, Simitrio Morán Estrada e Ismael Herrera González se unieron en sociedad para rescatarla. Las tierras de cultivo y el terreno cerril de estiaje del lado poniente, fueron adquiridos por Bernardo Torres Espinoza, meses antes de la venta de la última franja de la hacienda.

Poco a poco las personas que tuvieron recursos fueron adquiriendo fracciones de tierra de regadío, se cita a las señoras Mónica Nieto y Merenciana Morán, Federico Díaz, Juan de la Cruz (Valencia), Miguel Ramírez que posteriormente vendió a Ismael Maldonado, Colástico Maldonado que traspasó su franja de tierra a don Adulfo Velázquez, Crisóstomo Díaz, Isidro Sánchez Torres y Miguel Abundis. Ya anteriormente Eliseo Morán había comprado una amplia extensión de tierra en el extremo norte.

Los señores Domitila Enríquez y Ezequiel Bravo vendieron los terrenos del poniente, conocidos como el Cerro del Gavilán a Florentino Díaz, la meseta del Cerrito de la Cruz a Felipe Mosso, la parte del actual Campo Santo y la cañada de Toto a Magdaleno Díaz, Juan Carlos e Ismael Herrera entre otros.
Los parajes del lado oriente fueron comprados por los asentamientos indígenas de El Platanar, Cuba Libre, La Yerba Santa, y Alpoyecancingo. Las terrenos cerriles y de cultivo próximas a la rivera del río fueron adquiridas por el presbítero Leonardo Flores, Antonio Morán Ávila y Antonio Espíritu.

La población fue creciendo con la llegada de más familias. Los Ramírez, José y su hijo Melesio llegaron de Xilacayoapan Oax., los Maldonado, Emilio e Ismael de Tlalixtaquilla, los Herrera, Ismael y Julián de Tlapa, los Sánchez de Alcozauca, los Estrada de Ahuejutla, José Andrade de Alpoyecancingo, Se identifica a Juan y Macario Velázquez, Vicente y Juan Martínez de ascendencia pastoril.

Posteriormente llegaron Federico Díaz de Tototepec, Modesto y Gabino Avilés de Tlacotla. Juan Nieto y sus hijos, al igual que Felipe Mosso procedían de Xilacayotitlán. Los Nieto se asentaron en lo que hoy son Las Mesas y los Mosso construyeron sus viviendas en la meseta del Cerrito de la Cruz, ambas familias estuvieron radicadas inicialmente en Tlayahualco y se dedicaban al pastoreo del ganado. De ambos núcleos se distingue la Sra. Severiana Guzmán Navarrete, esposa de Felipe Mosso. Doña “Cheve” como todos la conocían, que vivió 120 años y es la persona más longeva que ha tenido Igualita.

Hubo gente que instaló algún negocio, se cita a Don Manuel Pacheco, cuya tienda se ubicaba en el centro del poblado, donde trabajaron como mozos Alberto Navarrete y Cornelio León, y que al morir, sus bienes fueron adquiridos por Doña Mónica Nieto.

Una pequeña ventecita fue instalada por Doña Pomposa Ramírez Hurtado, esposa de Don Raymundo Garzón, llamada cariñosamente “Tía Pocha”, una persona muy bondadosa y estimada por el pueblo. Funcionó la tienda de Francisco Basurto la cual traspasó a su hijo Abraham y que al no serle propicia la plaza, se retiró de la población. Fueron muy prosperos los negocios de Antonio Morán Ávila, la tienda de Don Eliodoro Nájera y Doña Juana Parra, que pasó posteriormente a su hija Barbarita.

El primer asentamiento de “Yogualita” fue de ascendencia indígena migrante (como ya se mencionó en líneas anteriormente). Al venderse la hacienda, retiraron los permisos de arrendamiento de los solares y las tierras de cultivo a los moradores, por lo que tuvieron que solicitar asilo a los lugareños de los huizachales, donde aprendieron a convivir con los migrantes de origen pastoril por la inminente interrelación comercial y laboral. El primer camposanto se localiza en una pequeña elevación, ubicada entre la barranca del Zopilote y el asentamiento de la hacienda, precisamente en el interior de los terrenos de Bernardo Torres Espinoza (hoy de Isaura); ahí yacen los restos humanos de los primeros fundadores de Igualita.

Después de conformarse el asentamiento humano, adquirió la categoría de pueblo con el nombre de Ygualita, de aquí que hasta hace poco tiempo, la letra inicial de Igualita se escribiera con Y (Griega), ostentándose en el fierro quemador comunal para marcar a los animales. Hubo quienes intentaron nombrarle Iguala, pero no tuvo eco. Fue el maestro Gildardo Garnelo Mosso, quien dijo que debía escribirse la letra inicial con I (latina), pero esta escritura no corresponde a su raíz etimológica

Llegaron más familias, pero relativamente su arribo es reciente y se incorporaron a la forma de vida de la comunidad, a sus costumbres y tradiciones ya definidas por la población.

Las familias que proceden de las comunidades de Tototepec, Cahuatache, Zalatzala, Tlacotla, Cuba Libre y recientemente de San José Lagunas, Petlacalancingo y Lomazóyatl, que arribaron a Igualita en las décadas de los 50’s y 60’s, sin restricción alguna siguen hablando su lengua nativa, de aquí que se tenga la presencia de gente bilingüe, a quienes se les respeta y se les valora por su condición humana.

Algunos etnógrafos, catalogan a Igualita como etnia Náhuatl, otros como etnia Mixteca. La anterior descripción habla de una civilización náhuatl que desapareció con la llegada de los españoles, el asentamiento humano aparece después de la conquista, en plena época Porfirista; por ello se concluye que la población es eminentemente “Mestiza” y su lengua predominante es el “Español”.